Me llevo los dos boletos últimos del ferrocarril. Me llevo una servilleta de papel con una cara mía que habías dibujado, de mi boca sale un globito con palabras, las palabras dicen cosas cómicas. También llevo una hoja de acacia recogida en la calle, la otra noche, cuando caminábamos separados por la gente. Y otra hoja, petrificada, blanca, que tiene un agujerito como una ventana, y la ventana estaba velada por el agua y yo soplé y te vi y ése fue el día en que empezó la suerte. Me llevo el gusto del vino en la boca (por todas las cosas buenas, decíamos todas las cosas cada vez mejores, que nos van a pasar). No me llevo ni una sola gota de veneno. Me llevo los besos cuando te ibas (no estaba nunca dormida, nunca) y un asombro por todo esto que ninguna carta, ninguna explicación, pueden decir a nadie lo que ha sido.
E. Galeano
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Galeano,
Tesoros de fragmentos,
Textos y relatos

[...]la válida la únicanostalgia es de tu pielDifícil sería desterrarte de mis sueños, si es que en ellos sólo te puedo ver.
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Mario Benedetti,
Poemas,
Sólo palabras