
Pasé el sábado en trance, anclado tras el mostrador de la librería con la esperanza de ver a Bea aparecer por la puerta como por ensalmo. Cada vez que sonaba el teléfono me lanzaba a la carrera para contestar, arrebatando el auricular a mi padre o a Fermín. A media tarde, después de una veintena de llamadas de clientes y sin noticias de Bea, empecé a aceptar que el mundo y mi miserable existencia llegaban a su fin. Mi padre había salido a valorar una colección en San Gervasio y Fermín aprovechó la coyuntura para colocarme otra de sus lecciones magistrales en los entresijos de las intrigas amatorias.
-Serénese o va a criar una piedra en el hígado-aconsejó Fermín-. Esto del cortejo es como el tango: absurdo y pura floritura. Pero usted es el hombre y le toca llevar la iniciativa. Aquello empezaba a adquirir un cariz funesto.
-¿La iniciativa? ¿Yo?
-¿Qué quiere? Algún precio tenía que tener el poder mear de pie.
-Pero si Bea me dio a entender que ya me diría ella algo.
-Qué poco entiende usted de mujeres, Daniel. Me juego el aguinaldo a que esa pollita está ahora en su casa mirando lánguidamente por la ventana en plan Dama de las Camelias, esperando que llegue usted a rescatarla del cafre de su señor padre para arrastrarla en un espiral incontenible de lujuria y pecado.
-¿Está seguro?
-Ciencia pura.
-¿Y si ha decidido que ya no quiere verme más?
-Mire, Daniel. Las mujeres, con notables excepciones como su vecina la Merceditas, son más inteligentes que nosotros, o cuando menos más sinceras consigo mismas sobre lo que quieren o no. Otra cosa es que lo digan a uno o al mundo. Se enfrenta usted al enigma de la naturaleza, Daniel. La fémina, babel y laberinto. Si la deja usted pensar, está perdido. Recuerde: corazón caliente, mente fría. El código del seductor.[...]
¿Será verdad eso de que las mujeres somos más inteligentes que los hombres?, y otra cosa...eso de que ellos tomen la iniciativa, me da pena admitir que se perdió un poco con los años, ¿no les parece?..Todavía soy una convencida de que eso no debe cambiar, aunque invertir los roles de vez en cuando (sólo de vez en cuando) es divertido.
23 de diciembre de 2008, 22:37
Precioso post... te diría que si, sobre las mujeres, pero tambien sé que todos somos iguales en inteligencia no veo nada en ello de diferente...
saludos fraternos
24 de diciembre de 2008, 16:06
Bris, pequeña y linda amiga ... siempre me gusta leerte, ya lo sabés; hoy quiero desearte una felíz navidad. Dios en la humildad de su Hijo se acercó a nosotros para que entendamos en que consiste ser felíz en este mundo. Ser felíz en este mundo conlleva vivir la práctica del amor. Y la práctica del amor sabemos cual es: " No hay amor más grande que dar la vida por los amigos o semejantes ". Así, podremos gozar de días felices en la tierra y esperar la recompensa en el cielo.
Gracias por la simple y bonita amistad que tenemos.
Te quiero mucho, Sergio.
24 de diciembre de 2008, 23:12
Bris!!! Justo antes de pasar una semana genial en Barcelona, me leí "la sombra del viento". Me gustó luego perderme por sus calles mñagicas, adoro Barcelona. Estuvimos bebiendo cerveza en la taberna de los cuatro gatos (els cuatre gats)...en la calle Montsió.
Los roles entre chicos y chicas está genial que de vez en cuando se cambien, no hay nada como la sorpresa para salir de la rutina de los días...
Besos grandes, inmensos para vos. Feliz Navidad!!!
25 de diciembre de 2008, 23:04
Yo sí creo que nosotras somos más inteligentes, y que ellos están mejores dotados en talentos particulares. Creo. Pero no estoy muy segura. Igual. A mi me gustan más ellos.
Y lo de la iniciativa, me da lo mismo. En cualquier caso, no se debería perder el juego de la seducción. Después, quién arroje la primera piedra...
29 de diciembre de 2008, 21:41
yo creo que no importa si somos o no más inteligentes, pero si que estamos más comunicadas con nuestros verdaderos sentimientos.
y me gusto la máxima, corazón caliente, mente fría. jajaj
es genial para ambos géneros.